IMPORTANTE. El no cumplimiento de estas instrucciones, el uso incorrecto del turbocompresor o cambios en el mismo, pueden provocar daños en el turbocompresor así como en el motor  y la consecuente pérdida de la garantía.  La mayoría de las averías del turbo son producidas por causas ajenas al mismo, tener en cuenta estas instrucciones es vital para el buen funcionamiento del mismo así como alargar la vida del turbocompresor. Recuerde que la garantía solo cubre la reposición o reparación del turbo y nunca los costes de montaje del mismo ni grúas, ni otros gastos que se puedan ocasionar.

Antes de realizar el montaje hay que saber las causas de la avería. Para que el problema no vuelva a surgir, se comprobará si ha sido producido por el mal funcionamiento de otros componentes.

Cada turbocompresor está diseñado para corresponderse con un motor específico y recibe un número de pieza y un número de serie individual. Éste se muestra en los listados de especificaciones del fabricante de motor y en la placa de datos del turbocompresor. 

Si hay daños en el rotor de la turbina, examine el colector de escape para asegurarse de que no permanecen allí objetos extraños o que no se está desintegrando el mismo. Sea exhaustivo, aún partes muy pequeñas pueden causar graves daños en el rotor.

Compruebe palometas de admisión, calentadores y piezas de la admisión susceptibles de haberse roto y entrar al motor, estos restos al salir expulsados por el colector de escape dañan gravemente el rotor del turbo.

Si los cojinetes tomaron excesivo juego, puede deberse a la falta, mala condición o baja calidad del aceite lubricante empleado,  aceite y filtro deben ser cambiados. Es importante que siempre use aceite y filtros de primera calidad. Sustituir latiguillo de entrada de aceite al turbo para asegurar su correcta lubricación.

Si presenta fugas de aceite por los lados de escape y admisión, revise todos los respiraderos del cárter y tapa de válvulas, limpie el acumulador/separador de aceite y compruebe que no existen presiones en el cárter que dificulten su caída.

La acumulación de aceite en el intercooler pude provocar que se acelere el motor, límpielo apropiadamente. Revise que no queden cuerpos extraños ni aceite en el mismo.

Si hay daños en el rotor del compresor, revise el sistema de filtrado y conductos buscando posibles entradas de aire sin filtrar y objetos extraños. Sea extremadamente cuidadoso al cambiar el filtro de aire ya que cualquier objeto introducido terminará golpeando al rotor compresor provocándole graves daños. Revise los manguitos comprobando que no existen pinzamientos en los mismos, sustituyéndolos si fuese necesario.

Revise exhaustivamente la ausencia de cuerpos extraños en la salida, tapa culata, del circuito de re-aspiración de los vapores de aceite, válvulas EGR y sus conductos, limpiar por aspiración y si fuese necesario pasar un imán por curvas y válvula.

Compruebe que los sistemas de toma/salida del motor y el intercooler están limpios y sin obstrucciones. Sustituya el filtro de aire si es preciso

Compruebe que las bridas de toma y drenaje de aceite están limpias y sin obstrucciones, (extrayéndolas para limpiarlas si es preciso). Si tiene dudas, recámbielas por unas nuevas. ATENCIÓN: Nunca utilizar ningún tipo de sellante para las juntas.

Recambie el aceite y el filtro, comprobando que sólo se utilizan las piezas recomendadas de OEM y el aceite especificado.

Compruebe que la brida y espárragos de montaje de escape están en buenas condiciones (sin grietas ni suciedad). Si tiene dudas, recámbielos por unos nuevos. Seguidamente monte el turbocompresor en la brida de escape, compruebe que la junta de toma de turbina encaja correctamente para ofrecer un sellado al vacío.

Conecte la tubería de drenaje de aceite y luego llene por el orificio de alimentación de aceite del turbocompresor con aceite de motor limpio y gire lentamente el rotor a mano. Conecte todas las conexiones externas al turbocompresor. Saque el tapón del combustible y gire el motor para obtener presión de aceite.

Antes de arrancar el motor, dar una vuelta al mismo para que fluya aceite dentro del turbo. Esto se puede hacer desconectando los conectores de los inyectores, hacer girar el motor, sin que arranque y verificar que le llega aceite al turbo, podemos desconectar el tubo de drenaje del turbo al cárter y observar que el aceite fluye sin interrupciones y con normalidad, una vez comprobado, apretar de nuevo el tubo de drenaje de turbo a cárter.

Arranque el motor y déjelo en punto muerto comprobando que todas las conexiones de aire, gas y aceite están apretadas y sin fugas, apretando toda conexión que sea necesario y empleando agua jabonosa para ayudar a detectar fugas de gas.

Compruebe que la compresión del motor sea la correcta, una mala compresión provocará fugas de aceite en el turbocompresor.

No dar acelerones bruscos y esperar a que se estabilicen las temperaturas del motor, sobre todo la del aceite, antes de ejercer la máxima carga, así como esperar al ralentí durante un minuto antes de la parada del vehículo después de realizar trabajos largos con el mismo.

Lo que es bueno para los turbocompresores

El turbocompresor está diseñado para que dure tanto como el motor. No requiere ningún tipo de mantenimiento especial, y la inspección se limita a un reducido número de controles periódicos.

Para garantizar la vida del turbocompresor se deben observar las instrucciones de servicio del fabricante del motor:

  • Intervalos de cambio de aceite
  • Mantenimiento de filtros de aceite y aire
  • Control de presión de aceite
  • Esperar a que la temperatura del aceite se estabilice para poner el motor a plena carga.

Lo que es malo para los turbocompresores

El 90% de todos los fallos en turbocompresores se debe a las siguientes causas:

  • Penetración de cuerpos extraños en la turbina o el compresor.
  • Suciedad en el aceite
  • Suministro de aceite poco adecuado (presión de aceite/sistema de filtro).
  • Excesiva temperatura de los gases de escape (sistema de arranque/sistema de inyección).

Estos fallos se pueden evitar con un mantenimiento regular. Al ejecutar el mantenimiento del sistema de filtro de aire, por ejemplo, se debe tener cuidado de no dejar fragmentos de material que puedan entrar en el interior del turbocompresor.

Diagnosis

Si el motor no funciona correctamente, no se debe asumir que el turbocompresor es la causa del fallo.

Compruebe que la compresión del motor sea la correcta.

Sucede a menudo que los turbocompresores en buen estado se sustituyen cuando el fallo podría estar localizado en el motor.

Sólo después que se han comprobado los puntos anteriores se pude establecer el fallo en el turbocompresor.

Recomendamos que los turbocompresores sean inspeccionados únicamente por especialistas cualificados.

Objetos extraños

  1. Ingestión de objeto extraño por el conducto de admisión ya sea a través del filtro de aire o del filtro de la tapa de válvulas, golpeando la rueda compresora y desequilibrando el conjunto rotor o cartucho.
  2. Ingestión de objeto extraño por el conducto del colector de entrada de gases de escape, golpeando el eje turbina y la geometría variable desequilibrando el conjunto rotor y ralentizando el movimiento de la leva de la geometría.

Falta de lubricación

Rotura por fatiga del turbo o transferencia de materiales causados por la fricción de un metal contra otro y las altas temperaturas derivadas de la escasa aportación de aceite, la incorrecta posición de la junta y el uso de juntas líquidas o lubricantes de mala calidad.

Contaminación de aceite

Los daños en el sistema de apoyo del turbo suelen producirse cuando en el aceite hay demasiadas partículas de carbono en suspensión, porque se han espaciado demasiado los cambios de aceite y de filtro o porque el mantenimiento es deficiente. Los daños en el sistema de apoyo también los causan las partículas metálicas procedentes del desgaste del motor o fragmentos de acero que quedan en suspensión en el aceite después de una revisión importante del motor.

Exceso de velocidad en la turbina o temperatura excesiva

Daños en el turbo a causa de un funcionamiento por encima de los límites para los que ha sido diseñado o de las especificaciones del fabricante del vehículo. Los problemas de mantenimiento, el mal funcionamiento del motor o las mejoras de rendimiento no autorizadas pueden provocar que el turbo gire por encima de sus límites, causando fallos por fatiga en el compresor y en las ruedas de la turbina.

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